Entre la cotidianidad, el ocio y el amor. Así pasan los días del viudo Martín Santomé, quien se determinó a hacer una tregua con sus tristezas.
Ésta preciosa y trágica obra del uruguayo Benedetti, publicada en el año 1959, relata la historia del señor Martín Santomé, quien pasa una vida rutinaria en su oficina, con los mismos empleados, caminando por las mismas calles de Montevideo y llegando a la misma casa con sus tres hijos ya mayores, pero con un enorme vacío por la ausencia de Isabel, su fallecida esposa.
El personaje principal narra cómo pasan sus días antes de su esperada jubilación y de sus –para nada esperados e inevitables- 50 años de edad, con el miedo profundo de quedarse solo, sin ocio, y sobretodo, sin una razón para continuar viviendo sin quejarse de su pronta vejez.
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Portada del libro. Foto: Mabel Calderón. |
De rutina a aventura
Santomé, quien por años estuvo obsesionado con su vida laboral y el hecho de mantenerse ocupado, no era muy cercano a sus hijos y aunque vivieran en la misma casa, sus conversaciones eran de limitadas palabras y sus intereses totalmente contrarios.
Lo que era un día normal de trabajo para él, se convirtió en una pequeña luz de esperanza al sentirse atraído por la nueva empleada de la oficina, la señorita Laura Avellaneda, de apenas 24 años. Aunque se sentía apenado por ser mucho mayor que la auxiliar recién llegada y estar en una atmósfera laboral, decidió dar el primer paso.
Es muy posible que lo que le voy a decir le parezca una locura. Si es así, me lo dice no más. Pero no quiero andar con rodeos: Creo que estoy enamorado de usted
Poco a poco, él se fue acercando a ella, y ella a él, a pesar de su profunda tristeza por el rompimiento con su ex novio. Ambos se arriesgaron, con un poco de vergüenza a causa de su gran diferencia de edad.
Lunes 20 de mayo El plan trazado es absoluta libertad. Conocernos y ver qué pasa, dejar que corra el tiempo y revisar. No hay trabas. No hay compromisos. Ella es espléndida.
La felicidad y sus momentos
Algo de lo que siempre charlaban entre ellos, era sobre la “teoría de la felicidad” que le había planteado su madre a Avellaneda, un tema que deja una gran reflexión en ésta novela de Benedetti ¿La felicidad se obtiene y es duradera? ¿O simplemente es un pequeño momento efímero como un suspiro?
Un beso, una caricia, una mirada, un gesto, una noche juntos, para Martín, cada muestra de afecto por parte de su nueva amada, era felicidad plena, que duraban unos pocos minutos o tal vez segundos, hasta que recordaba las miserables experiencias por las que ha tenido que vivir… La muerte de Isabel, su pésima relación con sus hijos o por el monótono trabajo por el que estaba esperando su jubilación.
Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor
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