Azul vuelve a un lugar incapaz de reconocer, un poco disgustada por ello… Lo que no sabía era que allí viviría momentos inolvidables junto a Laria, Sam, y un nuevo grupo de amigos, dejando la modernidad de la ciudad atrás.
Esta hermosa obra del venezolano
Andrés Hidalgo publicada en el año 2016, cuenta la historia de una niña llamada
Azul, quien se muda con su padre a una antigua casa en el pueblo de Valle Alto.
Su estadía allí no era muy agradable para ella, extrañaba la ciudad, y aquellos
a quienes consideraba amigos. La situación empeoró cuando ella se enteró que
tendría que lidiar con su tía Armen por algunas semanas mientras su padre se
iría a trabajar de nuevo a la ciudad.
“Laria en la brisa” es un libro
repleto de aprendizajes, autodescubrimiento, experiencias sorprendentes, amor
puro e inocente en todo el sentido de la palabra.
Una extraña presencia
Azul pasaba los días leyendo su
libro favorito y escuchando música en su IPod con su espalda apoyada en un
tronco, sin embargo logró sentir que alguien la vigilaba, eso la asustaba,
hasta que tomó valentía y se aventuró en la arboleda, sabía que allí sucedía
algo extraño, sobrenatural y muy intrigante; caminó hasta encontrarse con una
anciana invidente que por alguna razón ella conocía a Azul, pero Azul no la
conocía a ella. La niña sentía la brisa correr por su cuerpo.
¿Quién era ella? ¿Por qué sabía
de Azul? ¿De quién hablaba? Son algunas de las tantas preguntas que me hacía al
pasar cada página del libro, quería saber las respuestas.
¿Nuevas amistades?
Azul no soportaba la manera en
que su tía Armen la trataba, la humillaba, le respondía con palabras más cortantes
que un cuchillo, además de ser sumamente exagerada, por ello la niña buscaba un
escape en sus lecturas, su playlist, y en conocer el pequeño pueblo de Valle Alto.
Un día se dirigió al parque. Un
grupo de chicos de su edad se acercaron a ella preguntándole de manera invasiva
sobre su vida y si quería participar en su obra de teatro basada –justamente- en
su libro favorito. Intimidada, ella no se sintió muy atraída por la propuesta
ni por cómo la trataron, en ese instante se escuchó la voz de un muchacho
diciendo que el grupo de amigos no eran malas personas, como Azul lo había
percibido. Era Sam.
Luego de un largo rato en el
parque Azul y Sam conversaron. Al atardecer, ella regresa a su vieja casa sin
parar de pensar en él, con ansias de verlo de nuevo.
Sustos y emociones
En el desarrollo del libro “Laria
en la brisa” acontecen diversas situaciones en las que Azul se sentía
confundida, vacía y sin respuestas. La ausencia física de su madre le afectaba,
su padre lejos de ella era otra razón más para querer alejarse de la realidad,
y su tía era como la cereza del pastel, completando su gran infelicidad en un
cuerpo tan pequeño.
Entre excursiones prohibidas con
el gran grupo de actores novatos que encontró en el parque, bromas, y más de un
susto, Azul se ganó un castigo casi eterno y un regaño de Armen.
Sin embargo, una figura blanca,
descalza y de ojos azules como los de ella, la perseguía, la observaba, la
mantenía con escalofríos.
Secretos
Poco a poco, página por página, “Laria
en la brisa” de Andrés Hidalgo va revelando los secretos de la vida de Azul,
una vida que ni siquiera ella recordaba, una vida muy lejana para su
consciente.
Los problemas de los adultos
fueron consumiendo la estabilidad de Azul y de Sam –quien tampoco se escapaba
de aquellos disturbios- Polémicas familiares, humillaciones, golpizas y
castigos eran el lamentable día a día de estos jóvenes enamorados, quienes
encontraban refugio en ellos mismos, en sus abrazos, en sus canciones, en sus
largas conversaciones a escondidas de los tíos incomprendidos y
malintencionados.
Sin embargo, las confusiones de
la niña continuaban allí, y no se detendría hasta encontrar una solución a sus
interrogantes. Su padre no llegaba de la ciudad, se encontraba enfermo, eso la
preocupaba aún más. ¿Y ahora qué haría? Estaba metida en un lío, las ausencias
la perturbaban, no encontraba a Sam, ni aquella figura blanca fantasmagórica,
ni nadie que la ayudara; sólo ella misma.
Valentía
Luego de tanto daño, luego de la
tormenta, luego de las lágrimas y la angustia, una inmensa calma llegó a la
vida de Azul, a pesar de continuar confundida por su pasado, por la verdad, por
una realidad de la que no era consciente, la niña tomó valor para enfrentar el
daño causado por la inmadurez de otros, aunque ella nunca se autodenominó como
una persona valiente, Sam se lo recordaba. Ambos fueron valientes.
Una de mis frases favoritas,
dicha por Sam, es: “Los grandes actos de valentía vienen acompañados de grandes
consecuencias” Efectivamente, él sabía lo que decía y porqué lo decía.
Mi recomendación al lector
Esta obra es una excelente
elección para iniciar en el mundo de la lectura, sobre todo para
preadolescentes, ya que además de tener una hermosa historia repleta de
aprendizajes y aventuras en lugares desconocidos, el libro tiene recursos multimedia
para ayudar la lectura de este, se pueden encontrar en la página de
loqueleo.com de la Editorial Santillana.
Nota: Casi todas las canciones
que Azul escucha durante la historia, las tengo en mi teléfono o me las sé. Eso
hace que la experiencia de lectura sea muchísimo más amena porque las melodías
describen la atmósfera y el estado de ánimo de la protagonista.
Calificación: No la necesita porque este libro es perfecto, un equilibrio entre suspenso, diversión, emotividad, amor, drama y tragedia.
Atte: @rimoconpapel.
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