Como dice el principio de la famosa novela El patrón: “Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”.
El escritor y periodista Bogotano
Luis Cañón, en el año 1994, publicó este libro documental sobre la agitada vida
de uno de los más famosos narcotraficantes del mundo, el colombiano Pablo
Escobar.
Irónicamente, iniciamos esta obra
con su fin, uno de los hombres más buscados del mundo por fin descansó en paz,
mientras una gran multitud seguía el cuerpo que yacía en el ataúd, una multitud
sorprendida por los hechos, una multitud repleta de incertidumbre, aunque el
mismo Pablo tenía la certeza de que el día de su caída llegaría.
A partir de los siguientes
capítulos, el autor nos cuenta de manera cronológica los acontecimientos más
importantes del joven Escobar, comenzando con su trágica llegada al mundo en
medio del fuego, su relación con sus humildes padres (una maestra y un
campesino), hasta sus años de adolescencia donde los estudios no eran su mejor
talento, pero su voz era la más escuchada por todos, desarrollándose como una
especie de justiciero en el Liceo de Antioquia, demostrando una gran habilidad
para los negocios, además de brillar en el campo de fútbol.
Su primo Gustavo de Jesús Gaviria
era su mano derecha desde niños, compañeros de estudio, de barrio, de
travesuras en cementerios, de robos y cigarros. Sabían que hacían el mejor
equipo.
Allí empezó una historia de
rebeldía, clandestinidad, terrorismo, persecución, y muerte, al lado de su
esposa, hijos, hermanos, cuñados, un ejército de empleados, y socios, donde
abundan nombres como Rodríguez Gacha “El Mexicano”, los hermanos Ochoa, Carlos
Lehder, formando el reconocido y temido “Cartel de Medellín” uno de los mayores
exportadores de sustancias ilícitas en la historia; quienes también formaron el
grupo de “Los Extraditables” con el fin de aterrorizar a las autoridades
gubernamentales y evitar la extradición de los narcotraficantes, su lema era “Preferimos
una tumba en Colombia, a un calabozo en los Estados Unidos”.
“El Patrón”, como lo llamaban en
señal de respeto, estaba ganando gente, ganando poder, ganando dinero, y
ganando erudición; sus pasos eran silenciosos, sus movimientos eran casi imperceptibles,
sus palabras iban directo al blanco; quien no estaba con él, estaba contra él.
Los comunicados de “Los
Extraditables” eran cada vez más fuertes, sus palabras se convertían en hechos,
y eso significó la muerte de muchos miembros del gobierno colombiano, como el
del Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla; además del senador y candidato
presidencial del momento, Luis Carlos Galán Sarmiento.
Quiero hacer énfasis en el trabajo
periodístico realizado durante esos años de actividad del “Cartel de Medellín”,
sobre todo entre los 80’s y los 90’s. Fue una época crucial para el periodismo
colombiano, al encontrarse entre la espada y la pared, elegir entre informar o
no informar, entre morir o sobrevivir. Lamentablemente, la decisión de informar
cobró la vida de los periodistas Guillermo Cano, director de El Espectador, quien fue acribillado por
sicarios; y Diana Turbay, hija del expresidente colombiano Julio César Turbay y
directora del Noticiero Criptón, quien fue asesinada en un intento de rescate; además
de las incontables amenazas de hacer estallar las sedes de los medios de
comunicación del país.
Desde la extradición de Carlos
Lehder, se desató una guerra terrorista en Colombia entre “Los Extraditables”, “Los
Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar), la DEA, el DAS y el gobierno de
Colombia. Muchos civiles fueron víctimas de actos atroces como los carrobomba
abandonados en sitios estratégicos para atacar, según lo relatado en el libro
esta era una de las armas favoritas de Escobar; mientras que los allanamientos
y las persecuciones a personas cercanas a “El Patrón” iban en aumento, estaban
cada vez más cerca, él se quedaba cada vez más solo, y su poder iba en picada
por los enemigos que ganaba.
Un día después de su cumpleaños, la
tarde del 2 de diciembre de 1993 Escobar fue sorprendido por seis agentes de la
policía, tenía cuatro pistolas y algunas municiones para defender su vida, pero
no fue suficiente. Él y el chofer de su mamá fueron abatidos tratando de huir
por el techo de una casa provisional ubicada en el Barrio Los Olivos.
“El Patrón, vida y muerte de Pablo
Escobar” es de esos libros repletos de información que no verás en novelas o
películas. El escritor se dedicó a contar cada detalle de los movimientos de
Pablo Escobar, su vida privada, sus relaciones sociales, su época estudiantil, sus
intentos como político, su vida como hijo, como esposo, y como padre.
Admiro rotundamente la investigación
que se llevó a cabo para la realización de este libro, se nota que existe un
testimonio vivo de todo lo narrado. Según información del texto, todas las
fuentes fueron consultadas entre 1988 y 1993 a través de los archivos de medios
de comunicación como El Espectador, El
Tiempo, Semana, El Colombiano; también obtuvieron evidencias en los lugares
en los que “El Patrón” convivía, en los liceos por medio de sus profesores,
compañeros de clase, vecinos; informes de la DEA , el DAS, y la Fiscalía;
archivos de la iglesia a la que concurría; entrevistas a guardianes de las
cárceles, sacerdotes y empleados de las fincas. Más las conversaciones que
fueron grabadas y las cartas que fueron guardadas. La documentación es grande,
y ha sido organizada y compactada en 400 páginas.
Recomiendo este libro a personas
mayores de 18 años interesadas en la historia de Colombia, al tratar tantos
temas delicados referentes a la política, el narcotráfico, y el terrorismo, es
preferible tener mente abierta y estar muy interesado en este tipo de contenido.
Mi experiencia con el libro fue
bastante buena ya que me encantan las historias relacionadas con periodismo de
investigación, puedo decir que me “tragué” el libro, cada capítulo me
emocionaba más y aprendía algo nuevo sobre estos acontecimientos que marcaron
la historia de mi país vecino.
Muchos detalles de la obra preferí
no contarlas por acá por ética, discreción, y respeto a la dignidad de muchas
de las personas mencionadas.
Calificación: 📘📘📘📘📘
Atte: @rimoconpapel
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